No paraba de mirarle y notaba como a través de sus oscuras y extravagantes gafas de sol sus ojos recorrían mi cuerpo varias veces mientras se formaba una leve sonrisa en su rostro.
-¿Qué querías? – preguntó quitándose las mientras sus ojos color miel se clavaban en los míos. Tenía una tez un poco más morena que la mía, era unos centímetros más alto que yo cosa que me atraía ya que siempre había sido la más alta de mi clase y todos los chicos eran justo igual que yo o incluso más bajitos. Sus ojos eran pequeños y perfectos, tenía una adorable nariz y unos jugosos e irresistibles labios, su pelo era corto y castaño, en definitiva para mí era el chico ideal y al parecer también para otras chicas.
- ¿Eh? –dije algo perdida volviendo de mis pensamientos- Perdón, sí… esto… -tartamudeé nerviosa- verás… un par de chicas, quiero decir, tres chicas exactamente - le decía aún más intranquila, un fallo mío era que siempre que me ponía así optaba por hablar entrecortado, mirar a todos lados sin aguantar la vista fija en un punto más de dos segundos, quedarme en blanco y lo peor de todo, a intentar dar detalles de cada cosa y decir lo que cuento exactamente como es, una faceta rara por mi parte, pero así soy yo. – me han pedido que –continué diciendo- venga a hablar contigo, haber no es que no quiera, que si quiero… eso no significa que me gustes, no es que te esté llamando feo, que no lo eres, quiero decir que me pareces majo y a lo mejor habría venido a hablar contigo si ellas no me hubieran dicho nada –mientras decía todas esas estupideces notaba como mis mofletes se calentaban y enrojecían, seguidamente Nerea un poco harta de mis explicaciones me dio un ligero codazo para que fuese al grano mientras el chico y su amigo, un chico rubio, igual de alto que yo, de unos preciosos ojos verdes, atractivo, de tez morena y una bonita cara redonda, nos miraban muy extrañados y juraría que incluso estaban algo asustados, me aclaré la garganta tras recibir el toque de mi mejor amiga y continué hablando – querían saber si podías darles tu número, tu nombre, ya sabes… pa..para quedar –dije aquello último tartamudeando un poco, no me hacía mucha gracia eso de que el dijera que sí y quedara con esas crías, me había parecido atractivo y la verdad… lo quería para mí.- Bueno ¿qué me dices? –pregunté tras un largo silencio de volver a perderme en mis pensamientos-.
-No – me respondió él-
-¿No? –le interrogué algo molesta, bueno, me alegraba haber oído eso por qué así no estaría con esas chicas, pero me fastidiaba el hecho de haberme creado en mi cabeza una gran charla para que él me contestase eso sin más-
- No me has dejado terminar – Me interrumpió el con las cejas levantadas- No voy a darles ni mi número de teléfono ni mi nombre –miro a su amigo y luego volvió la vista hacia mí- Llevan desde que llegué a Cádiz siguiéndome y molestándome, siento decir esto pero son unas crías que solo se fijan en el atractivo de los chicos. – A partir de ahí dejé de escucharle, estaba soltando una charla sobre esas chicas, lo cual me hizo pensar y caí en que quizás yo no sería nada para él, me refiero, a que tal vez después de esta estúpida conversación no volvería a verlo y todos esos nervios y gilipolleces que he pasado serían en vano o por otra parte, pensé en que a lo mejor el destino o una pura casualidad hizo que yo me encontrara con él ¿quién sabe? – Además –siguió contando aquel chico- prefiero hacer eso de quedar, dar mi número y mi nombre a alguien –movió su dedo por delante de mi cara juguetón hasta que se paró justo enfrente de mi nariz- como tú.
-¿Cómo como yo? – le interrogué al oír eso, se me había quitado todo el tartamudeo, los nervios seguían ahí pero me sentía más segura y capacitada para entrar en su juego que nunca.
- Perdona. –Me miró tiernamente- No como tú, si no a ti exactamente – En ese momento lo entendí todo, estaba ligando conmigo, tenía que responder de una buena forma para no salirme de esa partida.
- Bien – contesté girándome hacia Nerea con una sonrisa tonta en la cara, ella me miró con una ceja alzada y sonrío pícaramente en tono burlón- Voy a hablar con esas chicas –proseguí- ahora vuelvo –le eché una mirada a mi aliada con los ojos muy abiertos mientras sonreía y corrí, ande rápido exactamente, hasta llegar al portal donde estaban esas tres molestas niñas.
- ¿Qué te ha dicho? –me preguntó una chica casi gritando- ¿Es simpático? ¿Te ha dado su número? –continuó-
-¿Quieres dejar de interrogarme? – Le respondí algo incomoda-
- ¿Puedes decir ya que ha pasado? – Comentó otra mucho más tranquila sentada algo alejada de las demás-
- ¿Puedes callarte y dejarme hablar? – Le volví a responder en tono desafiante, la chica de pelo oscuro y mirada fría cerró la boca y volteando los ojos miró hacia arriba. – Quiere que lo dejéis en paz y no quiere daros vuestro teléfono, no sé cómo se llama y sí, es simpático –les comenté omitiendo detalles como el de intentar cortejarme- Ahora, tengo que irme.
- ¿A dónde vas? – Preguntó la chica apartada del grupo-
- ¿A ti tengo que decírtelo? –Le miré algo sorprendida por lo descarada que fue-.
- Sé que vas con él chico, he visto como te has quedado paralizada al verle, pero a mi amiga le gusta así que… para mí estás muerta –me echó una fulminante mirada y desde ese momento supe que me había echado una, quiero decir, tres enemigas – Genial Paula, sigue así –pensé antes de irme, les miré con los ojos entre abiertos y confusa salí de allí.
A los dos minutos exactos, llegué junto con el chico, miré a Nerea de una manera que solo ella entendió que me había metido en un lío, soltó una leve carcajada y miro a los chicos.
-¿Ya os habéis conocido? –Les pregunté-
- No – volvió a contestar el muchacho- Te estábamos esperando – dijo con las cejas levantadas y esbozando una sonrisa- aunque tu amiga y Ashton – señaló con la cabeza a su compañero- ya se han echado el ojo – Nerea comenzó a ruborizarse algo sorprendida mientras Ashton lanzaba una imponente mirada al chico por su “graciosa” e inoportuna broma a la vez que este echaba una risa – Por cierto – me dijo acercándose unos centímetros- Me llamo Liam –se inclinó para darme dos besos, cosa que yo no hice, estaba en lo bien que le venía el nombre.
- Yo Paula –por fin le devolví los dos besos.
* * *
A partir de ahí no hace falta que os de tanto detalle de lo que ocurrió, fue un día normal como otro cualquiera en la playa sin contar que ese chico, Liam, no paraba de observar me mientras yo daba paseos o me entretenía con mi mejor amiga, me di un refrescante baño en el mar y él seguía ahí sentado junto a Ashton con sus gafas de sol puestas mirando hacia a mí.
-¿Sabes por qué hace eso? –Le pregunté susurrando le a Nerea-
- ¿El qué? – miró a Liam descaradamente y seguidamente a mí- No sé, se ha quedado embobado mirándote.
-Lo sé señora disimuladora –dije en tono sarcástico, ella me saco la lengua y riendo nos tumbamos en la arena donde le conté mi experiencia con las chicas que ahora serían mis enemigas.
- Pobre de ti, yo estaría asustada aunque siempre puedes usar un “Avada kedavra” para acabar con ella –dijo bromeando y comenzó a reír-
Os explico un poco, ella y yo somos muy fans de la saga “Harry Potter” y aparte de que ella está muy loca pues las dos tenemos nuestras fantasías, de ahí viene lo del echizo.
-Sí gracias, lo tendré en cuenta –dije riendo y me tumbé boca abajo para tomar un poco el sol.
Ese día fue todo un poco aburrido y normal salvo por el hecho de conocer a aquel chico que para mi gusto me parece un poco engreído e insensible, pero todo cambió a la hora de volver a casa.
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Siento muchísimo el haber tardado, pero no he tenido mucho tiempo, intentaré subir capítulo nuevo cada semana, os quiero y no os olvidéis de votar, es importante.
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